7 de marzo de 2014

Ya conocí al que me amó.
Al hijo de puta.
Al que no me tocó ni un pelo por varios meses, respetando mi decision.
Al psicopateador.
Al psicopateador, celoso, que me amó y ama.
Al que solamente me quiso.
Al que me mintió, y al segundo se arrepintió.
Al que al segundo chape, me dijo sentir mucho por mí.
Al que dijo amarme, para al mes arruinar todo, haciendo que lo deje.
Al que cuando me tuvo, no supo valorarme. (y podría asegurar que aún lo lamenta).
Al que casi me propone casamiento (después de 2 tiradas de goma).
Al que tuve que encarar yo.
Al que me encaró.
Al que conocí por chat.
Al que me le regalé con moñito en las tetas, tuvo que ver como me comía a otro, y reaccionó demasiado tarde.
Al bueno, santo, buen cogedor.
Al malo, falopero, buen y mal cogedor.
Al bueno, falopero, buen y mal cogedor.
Al carilindo.
Al feo.
Al más cogible del boliche.
Al más incogible.
Al que quiso más de 8 rounds al hilo.
Al eyaculador precoz.
Al que no quiso más después del 1er round.

Salí, conocí, estuve, banqué, disfruté, lloré, quise, quiero, querré, amé, amo, y amaré.
De todos esos, me quedo toda la vida con el psicopateador que me amó y ama, ése que es tan enfermito como yo, pero que de tanto quilombo, salen cosas hermosas, como un Ws a las 2 de la mañana diciendo que me ama, que soy quien le roba una sonrisa. Porque el psicopateador, estas segura que pese a todo lo queres, porque es una lucha eterna entre perder y no perder la dignidad, porque por más puteadas que haya en el medio, hay algo que sigue intacto como en ese primer momento que cruzaron miradas, el amor. Y si bien, con el tiempo éste espécimen mejora, se sabe que su esencia no la pierde. Y así, uno aprende a convivir, a dejarse llevar, y a llevar también, porque es un aprendizaje CONSTANTE y MUTUO, es guiarlo, cuidarlo. En cierta forma es volver a elegirlo una y mil veces, pese a sus errores y los míos, porque de todo se aprende, y lo más lindo es que eso lo aprendemos juntos.


1 comentario: